9 feb 2009

CUESTIONARIO DE LECCIONES Y ENSAYOS


Hace unos años los estudiantes de la Revista "Lecciones y Ensayos" de nuestra Facultad me enviaron este cuesttionario, y yo devolví estas respuestas. Releyéndolas ayer me pareció que tenían varias cosas interesantes.





LECCIONES Y ENSAYOS

EDICIÓN 50 ANIVERSARIO 1956-2006

NOMBRE Y APELLIDO: ALBERTO BOVINO

PERÍODO DE PARTICIPACIÓN EN LA REVISTA: 1988-1990

CARÁCTER DE LA PARTICIPACIÓN (colaborador, tutor, redactor, secretario, vicedirector, director, etc.): Redactor

1) ¿Cómo llegó a Lecciones y Ensayos y por qué motivo decidió participar y permanecer en la revista?

Por un compañero (Sergio Rocamora) que estaba organizando distintas actividades en un grupo de derecho penal que operaba aparte, y al poco tiempo, como tenía el promedio necesario, ingresé porque estuve en una reunión donde se armó una interesante discusión sobre los contenidos de un artículo para publicar, y me pareció una actividad formativa y enriquecedora.

2) ¿Recuerda anécdotas interesantes vividas en la revista o algún suceso fuera de lo común, haya participado en ellos o no?

Hicimos tantas cosas esos dos años que ahora no se me ocurre ninguna. Trabajábamos mucho, perseguíamos a profesores para hacer conferencias. En esa época no había tantas actividades extracurriculares como ahora, y las corrientes teóricas en el ámbito del derecho penal, de la teoría del derecho y del derecho público en general estaban generando muchas nuevas ideas y reflexiones. Lo que resultaba interesante era que los miembros de la Revista estábamos como divididos por los intereses teóricos; estaban los que se dedicaban al derecho privado, y del otro lado los que nos dedicábamos al derecho público, y había como una especie de competencia para ver quién conseguía más artículos. Pero creo que sacamos un par de números que eran casi todo de penal.

3) ¿Recuerda el nombre de otras personas que estuvieron con Ud. en la revista? ¿Qué nos puede contar de ellos?

Sí, recuerdo a varios porque varios de ellos son actualmente mis mejores amigos, y también porque cuando salimos de Lecciones y Ensayos decidimos fundar No Hay Derecho, una revista independiente de la Facultad y financiada pimero por nosotros y luego por las ventas. Sólo sacamos 12 números, pero aún sentimos vínculos de pertenencia, lo mismo con los demás compañeros de L y E. Estábamos [en L y E] Adrián Lerer, que cuando terminó la Facultad no volví a verlo, Víctor Abramovich (actual miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos), de quien sigo siendo muy amigo; estaba Manuel Garrido, que hoy es Fiscal General de Investigaciones Administrativas y también seguimos siendo muy buenos amigos, incluso coincidimos en 1997 trabajando un año en Guatemala. Roberto Saba, con quien también seguimos siendo buenos amigos, que es Director de la Asociación por los Derechos Civiles [era]. Mary Beloff, otra amiga, que es Secretaria de la Sala Contravencional del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad; [era] Ariel Dulitzky, que hoy es Especialista Principal de la Secretaría Ejcutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos [era], Liliana Pluis, Gabriela Alonso (que la veo de vez en cuando porque trabaja con mi titular, el Prof. Julio Maier), Carlos Espósito, Cecilia Rossi, Silvina Bacigalupo, Eduardo Baistrocchi. Y después había mucha gente que trabajaba en el grupo de derecho penal aunque no pertenecía formalmente a la Revista.

4) ¿Cómo se desarrollaban las reuniones en aquel momento y cómo era el ambiente de trabajo en la revista? (Teniendo en cuenta también el contexto sociopolítico).

Cuando recién entré eran mucho mejores, todos leíamos los artículos y los discutíamos, se armaban discusiones interesantes. Después se burocratizó un poco, armábamos una planilla y cada uno que lo leía iba haciendo un voto. Yo creo que por ahí tengo un par de esas planillas donde había un voto de Roberto Saba que era una maravilla. En cuanto a las demás actividades, las organizábamos aparte con grupos integrados por aquellos a quienes les interesaba participar.

5) ¿Considera que Lecciones y Ensayos jugó un papel relevante en su vida académica? ¿De qué manera? ¿En qué contribuyó a su desarrollo intelectual y personal?

Sí, fue determinante en mi paso por la Universidad. Conocí a gente intelectualmente brillante, teníamos contactos estrechos con los profesores. Yo había empezado a estudiar de grande, a los 25 años, y venía estudiando y aprobando materias con buenas notas, porque siempre me gustó estudiar, pero era empresario, y fue en tercer año que cursé penal y entré en Lecciones cuando se determinó el futuro de mi carrera, y cuando decidí que dejaría la empresa para dedicarme al derecho. Y me gustó tanto lo de trabajar en una revista que después, con otra gente, fundamos dos revistas: No Hay Derecho y Nueva Doctrina Penal. Y yo terminé poniendo una pequeña editorial, emprendimiento en el que me ha ido muy bien, con una política que empezó siendo un capricho y terminó siendo una buena estrategia de marketing: publico sólo lo que me gusta leer. Y no me lleva mucho tiempo porque sólo me ocupo de seleccionar lo que se publica.


6) ¿Conoció al Dr. Ignacio Winizky, fundador de la revista? En caso afirmativo, ¿Qué nos puede decir de él?

No, no lo conocí, y lo lamenté mucho, por las cosas que Garrido y Abramovich me contaban de él. Siempre lo recordaban como a un ser humano extraordinario. Había fallecido poco tiempo antes de que yo entrara.

7) ¿Cuál era la finalidad de Lecciones y Ensayos en la facultad cuando Ud. participaba y cuál cree que debe cumplir?

Mientras era miembro jamás me dediqué a meditarlo de manera conciente, pero las actividades que hicimos eran consistentes con abrir un canal de difusión de las tendencias más modernas en las distintas ramas del derecho, y no me refiero sólo a la Revista sino a todas las actividades que giraban en torno a ella. Y lo importante era que expresaba las necesidades de los propios estudiantes, era algo que debíamos construir nosotros, con el apoyo de los profesores pero no dirigido por ellos. El sólo hecho de tener un despacho en la Facultad nos permitía —en esos años no había computadoras ni celulares, ni internet— trabajar en la misma Facultad organizando conferencias y otras actividades. Cuando tenías un poco de tiempo libre pasabas y siempre te encontrabas con alguien y adelantabas trabajos. Éramos unos privilegiados. Por ser la primera tanda del nuevo plan, cursábamos las primeras materias del CPO con Carlos Nino, Raúl Zaffaroni, Julio Maier, Mónica Pinto Jaime Malamud Goti, Tute Baigún, Elena Highton, Enrique Marí, Gladys McKinnson, Alicia Ruiz, en una época en que tanto los estudiantes como los profesores estábamos más motivados —según mi opinión personal— que hoy en día. Y así pudimos aprovechar todas esas oportunidades para generar muchísimas actividades en torno a la Revista. Poco tiempo antes de que yo tuviera que dejar la Revista el decano Pigretti nos sacó la oficina y realmente nos complicó la vida, porque no teníamos dónde reunirnos.


8) ¿Qué criterios se utilizaban en su época para admitir los trabajos presentados? ¿Realizaban otras actividades académicas aparte del dictamen de trabajos? ¿Cuáles disfrutaba más?

En cuanto a los trabajos, algunos pocos nos llegaban, pero tratábamos de conseguir trabajos interesantes y actualizados de los profesores que considerábamos más serios. Después, como ya lo expliqué, los discutíamos, pero luego cambiamos de metodología, los íbamos leyendo y dejando por escrito nuestra opinión y, salvo que hubiera posiciones muy encontradas, no los discutíamos. Si un trabajo tenía siete opiniones favorables y un par dudosas, en cinco minutos tomábamos la decisión. También nos obligábamos a escribir. Por mi parte, como casi no tenía tiempo libre, sólo publiqué un ensayo que escribimos con Víctor Abramovich. En cuanto a las actividades académicas, al menos los que nos dedicábamos a derecho penal, con el apoyo de los que estudiaban otras ramas del derecho público, en esos dos años organizamos una serie de conferencias con los mejores profesores sobre temas polémicos o novedosos que atrajeron a muchos estudiantes. También organizamos, casi sin apoyo logístico alguno y sin poder cobrar la inscripción, el I Congreso Nacional Universitario de Derecho Penal y Criminología, que fue el primero de los que hasta hoy se siguen haciendo en las Universidades de todo el país. Al que organizamos nosotros en el año 1988 concurrieron más de 800 estudiantes y graduados jóvenes de casi todo el país. Los Congresos eran impresionantes, organizados por y para estudiantes, con trabajo en comisión todo el día donde los estudiantes presentaban sus ponencias y se discutían; y a última hora conferencias magistrales de profesores nacionales y extranjeros. En esos Congresos se introdujeron discusiones que aquí ni habían comenzado aún, a punto tal de que muchos profesores jóvenes preferían los Congresos estudiantiles antes que los de graduados. Y en cuanto a la anécdota que preguntaban más arriba, recuerdo que no teníamos un peso, y necesitábamos pagar un cartel grande para poner en la entrada de la Facultad. Como yo era gerente de la División Forestal de la empresa en la que trabajaba, convencí a los Directores de la empresa que me dieran el dinero para apoyar el I Congreso Nacional de “Derecho Forestal”, y así conseguimos lo que ahora serían alrededor de $ 2.000 que costaba el cartel. Probablemente haya cometido una estafa, pero ya prescribió. Cuando yo recién ingresé a la Revista, entre Lecciones, y la Revista Jurídica Estudiantil de Montevideo se organizó el I Encuentro Latinoamericano de Revistas Jurídicas dirigidas por Estudiantes, que se hizo en septiembre de 1988 en Montevideo. A pesar de que sólo existía la comunicación postal, el Encuentro fue un éxito, vinieron Revistas de Chile, Perú, Bolivia, Puerto Rico, Panamá, Costa Rica, Brasil y Venezuela. Fue una experiencia extraordinaria. Hay una breve reseña en el Nº 50, firmada con las iniciales V. A. M., que en realidad éramos Víctor (Abramovich), Alberto (Bovino) y Manuel (Garrido).

9) ¿Por qué cree que Lecciones y Ensayos logró mantenerse viva a lo largo de 50 años?

La verdad, no lo sé. Pero si todos los que pasaron por allí vivieron las experiencias que nosotros vivimos, ésa puede ser la razón.

10) Cualquier otro comentario o anécdota que desee compartir con nosotros serán bienvenidos.

Sólo agregar que haber sido miembro de esta Revista para mí fue una experiencia extraordinaria y que fue uno de los motivos por los cuales me dediqué por completo a la carrera jurídica. Antes de eso, no vivía mi paso por la Facultad como una experiencia universitaria. Ésa es una de las cosas importantes que me dio Lecciones y Ensayos. Además, me abrió las puertas a la vida académica, me despertó la pasión que hoy siento por escribir, me dio la oportunidad de conocer gente muy valiosa en muchos sentidos, y de conocer a grandes amigos que aún conservo. Y como parte de mi formación teórica, también tuvo un peso más que trascendente. Hasta el día de hoy me siento un privilegiado por todo lo que viví en mi paso como estudiante en esta Universidad.

1 comentario:

christian dijo...

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nos vemos.saludos desde la plata , Argentina